lunes, 15 de diciembre de 2008

CÓMO PASA EL TIEMPO

Entre esta entrada y la anterior ha pasado casi medio año y vuelvo a la escritura porque en estos días no puedo evitar un cierto ataque de nostalgia, un sentimiento agridulce salpicado por tantos recuerdos. Hoy recibí un correo de Pepe en el que me habla de la luz austral, esa luz trasmutada en cruz del sur y que todas las noches nos dedicábamos a buscar en el cielo y que nos iba indicando, a medida que nos alejábamos de Bariloche, que cada día estábamos más cerca de Ushuaia. El recuerdo de aquellos días me hace sentir feliz y me consta que este sentimiento es compartido por muchas de las personas que compartimos aquel lujo de veinticinco días y que nos seguimos regalando afecto.
De los cuadernos de notas de aquellos días retomo una pequeña anécdota. Rodrigo, que era el nombre del guía local que nos acompañaba al parque de los Arrayanes nos contó que las truchas, que hoy constituyen un negocio deportivo de primer orden en los ríos y lagos de la zona, fue traída desde Europa en los barcos que llegaban aquí cargados de carne y trigo argentino. Después desde Buenos Aires esos alevines de truchas fueron transportados a lomos de burros hasta Bariloche ( 1587 km). En 1940 fue pescado el ejemplar más grande hasta la fecha por una mujer. Nada menos que 16 kg, no obstante se le atribuyo la captura a un hombre( sin comentarios).


Villa Angostura es un precioso lugar, con un precioso lago y unos preciosos bosques. Atravesamos en barco el lago hasta llegar a la península de Quetrihué donde unos árboles de color canela pueblan una tierra rodeada de un agua azul intenso. Atravesando el bosque de los arrayanes y cubrimos este primer gran día.