viernes, 11 de diciembre de 2009

DECEPCIÓN ANUNCIADA

Uno espera de los grandes hombres
que acometan grandes acciones.
Qué enorme decepción
escuchar de boca del nobel de la paz
“ .. que el empleo de la fuerza, además de necesario,
puede estar moralmente justificado “.
Nada cambia, el futuro será, como acostumbra
una cuestión de bombas y fusiles,
noticias sin garra, titulares fríos,
infancias traumatizadas por el olor a muerte
y abismos cada vez más grandes
entre los deseos y la realidad.

Uno espera de los grandes hombres
que sean capaces de acabar con el hambre
y alimentar de paz el alma de los desposeídos
para que sol no sea de nuevo una condena.
Uno espera de los grandes hombres
al menos la esperanza, pero elegimos mal,
confundimos a hombres poderosos
con hombres de lúcido pensar, honestos
en ideas y formas de hacer.
Pero no, hoy ya ni siquiera se ocultan
su palabra no sólo es la única verdad
es la única palabra, indigna por ser
la imposición del yo sobre el todos,
el objetivo con daños colaterales
donde perdemos la cuenta de los inocentes,
porque el empleo de la fuerza, según
ese hombre grande, es y será siempre
moralmente justificable.