martes, 6 de mayo de 2008

A JUAN GELMAN

Hace días que una serie de gratas circunstancias me han devuelto a recorrer las fotos del viaje. De entre las muchas dos volvieron a mí como en un grito y las dos de un suelo tan sufrido como el de “LA PLAZA DE MAYO”. ¿Quién no guarda en su retina y en el corazón las imágenes de las madres dando vueltas con sus pañuelos pulcros en la cabeza? Hoy siguen las abuelas,aunque nada de esto se nos contó en nuestra visita guiada, donde la historia de la casa rosada y del monumento patrio ocupó,quizás por timidez,la charla de Gonzalo. Pero el 23 de abril, el poeta argentino Juan Gelman (Buenos Aires, 1930) recogió en Alcalá de Henares el Premio Cervantes. Nadie mejor que él sabe del dolor significado en esas baldosas, pues además de exiliado, los militares le arrebataron a su hijo Marcelo, de 20 años, y a su nuera María Claudia Iruretagoyena, de 19, secuestrados poco después de casarse.María estaba embarazada de ocho meses, le quitaron al bebé a los dos meses, acto seguido le asesinaron. Durante 23 años, Juan Gelman buscó y rebuscó a su nieta.

Recientemente fue preguntado :¿Se siente en paz consigo mismo después de haber encontrado a su nieta?

R. Claro que sí. La encontré gracias a mi mujer, que no es la madre de mis hijos. Investigamos durante tres años. Teníamos el cuadro bastante claro. Fue un regalo de los militares argentinos a los uruguayos porque estaba embarazada. Pasó lo que siempre pensamos que pasaría. Algún vecino de la pareja que sospechaba. Me llamó una vecina y me contó que un día dejaron junto a la puerta una canastita con un bebé. Coincidía todo. Era la pieza que faltaba en el rompecabezas. Estuvimos con ella. Es muy difícil para todos. Se ha cambiado de apellido. Ahora se llama Gelman García, como su padre. Tenemos una excelente relación, el año pasado vino a México y pasamos juntos el fin de año en Buenos Aires. Pero hay un hecho, son 23 años de vacío, en que no vi cómo empezó a caminar, nunca me dijo abelo, porque ya es mayor y me dice abuelo. Es difícil en este sentido, para ella mucho más que para mí, a los 23 años. Pero estamos logrando reconstruir la relación a partir del encuentro, mirar hacia delante. La veo bien.

No hay comentarios: