Cambió de luz la noche,
sobre tu pelo, las estrellas
se convertían en remolinos de fuego
cada vez que mis manos
se enredaban buscándote los sueños.
Poco a poco el fuego fue extendiéndose, ardía todo
y yo me abrasaba en ti,
revolcando mis dedos
en cada hebra de pelo.
jueves, 27 de mayo de 2010
ENREDADO
Publicado por Luis González Palacios en 17:41
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario