jueves, 14 de abril de 2011

EL MAR QUIETO

En la quietud del mar

un camino de luz se abre paso hacia la bocana,

a veces el agua se cuela por la oquedad de las rocas

y me habla de ti,

yo escucho y espero.

A veces se oyen voces de pescadores,

a veces golpes secos procedentes de los muelles,

a veces sirenas que anuncia la carga de los mercantes.

Levanto mi mirada al cielo

y observo como el azul intenso

se llena de cicatrices blancas, que

con el paso del tiempo se diluyen.

Qué lejos deben estar ya los aviones, tanto

que siento los sueños abiertos en mi espalda.

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