jueves, 16 de septiembre de 2010

LAS LUCES DE ESTAMBUL

Qué me quedé enamorado de Estambul ya ha dejado de ser noticia. Pero mi amor se extiende a la noche cuando la ciudad se puebla de luces y de sombras. Una noche descubrí que mi cámara recogía sus luces de una forma muy particular, casi mágica. Era sin duda una fantasía , detrás se escondía el Cuerno de oro, la torre Gálata y su puente, las mezquitas, los barcos .La noche en Estambul convierte la luz en sueño, cuando te adentras por sus calles y dejas que las horas pasen. Hay calles solitarias donde tus pasos resuenan en tu cabeza acompañando a los viejos a los viejos nombres: Bizancio, Constantinopla, Istambul. Palabras que la boca se quedan como notas musicales de un mundo extinto, pero cuyas reminiscencias son capaces de ensoñaciones mientras paseas. La noche de Estambul también se llena de jolgorio en los cafés, de música en callejones estrechos compartiendo mesa con las Narguiles. Es la alegría del verano recorriendo los rincones, como sus luces, empeñadas en pestañear cada vez que miro la ciudad a través de mi cámara.




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