DE REINA DE LA PATAGONIA A REINA DEL TIBET

A veces es muy fácil sentirse querido, y se presenta así, con la normalidad de un correo electrónico hablando de las cosas cotidianas de un viaje nada cotidiano. Ese instante lo saboreas y lo aprecias como un pequeño tesoro que guardarás para las malas tardes.
Cada frase está impregnada de una atención de un cariño que sólo un olfato sutil es capaz de rescatar del aire que libremente alberga cada letra. Hoy recibí noticias de mi querida y admirada LINA, quienes tenemos la suerte de conocerla nos sentimos honrados y es que resulta complejo compartir un tiempo y saberle sacar todo el provecho, como fue nuestro caso durante el viaje a través de la Patagonia. De ahí la ilusión que he depositado en este nuevo viaje al que me han aupado ellos, “los Ferrandis”, y cada día que pasa siento como la inquietud revolotea por mis intestinos y mi cabeza ya anda metida en lecturas y mapas. (Por cierto he comprado una cámara nueva para cuando la reina reciba los títulos del Tíbet y de las altas cumbres). Por lo visto, dada la altura a la que vamos a estar no necesitaremos vacunas, sólo cuidado con el agua y repelente de mosquitos. Algo parecido a la Estancia Menelik en la estepa donde el agua de la ducha salía marrón,hacía un frío de mil demonios pero una vez repuestos fue de las noches y los días que más dentro nos han calado. ¿O es qué ya se nos ha olvidado Pepe el partido patagónico en el que humillamos a unos orgullosos argentinos?