viernes, 12 de junio de 2009

LA MUERTE SALDA LAS CUENTAS PENDIENTES

Un poema de Antonio Carrillo

Te fuiste con tanto dolor y tanta grandeza
que sólo a mi huérfano corazón le resta
esperar el momento que contigo tenga
esa conversación que tanto espera,
ese diálogo que una vida entera
no supo conquistar, como el océano
conquista, con paciencia, la tierra
en la que espera la orilla, huérfano,
en que reposa en silencio la arena.

Quisiera ser, en esta hora, la quilla,
la caracola o la sirena que despojada
de su alma primera en la orilla
espera el consuelo de una mano
que con ternura la sostenga.

Si en esta noche estrellada
una lágrima del lacrimal se enerva
y soltarse de la rienda quiere
que de la brida le retiene
prometo dejarla escapar libre, primera,
llanto eterno por una memoria viajera
que quiso llegar antes a una meta
en la que yo quiero volver a verla.


PD: el título del post es una libertad que yo me he tomado y que espero no moleste a Antonio.

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