domingo, 30 de agosto de 2009

KARDUNG-LA

El paso de carretera más alto del mundo se encuentra en nuestro camino hacia el Valle de Nubra, al norte del país y lindando con China, por lo que es una zona muy militarizada y a la que se accede con permiso del ejército. Está amplia llanura verde está definida por los ríos Nubra Y Shyok. Salimos de Leh con una altitud acumulada de 3.500 mts y al llegar a la cumbre de kardung la estamos a 5.602 mts. Al salir del coche experimento una especie de mareo. Mi corazón aumenta su ritmo y siento como el aire es pobre en oxígeno. Tenemos unos minutos para recorrer el lugar. Aquí para todo el mundo, tanto los que vamos en dirección norte como los que van en dirección sur. Una de sus laderas está poblada de banderas de oración, budistas y no budistas nos sumamos al rito de dejar sobre las cumbres estas esta ristras de trapos de colores sobre los que se ha escrito en tibetano una oración y que pueden conseguirse en cualquier mercadillo de Leh o en algunos de los bares de carreteras de los pequeños y escasos asentamientos. Según sus creencias estas oraciones serán esparcidas por el viento. Además de un bar donde tomamos un té reconfortante y hacemos acopio de agua embotellada, existe un destacamento militar en el que un pequeño reclamo de museo de Kardung-la atrae al visitante a una salita donde comprar camisitas de recuerdo a los militares. Detrás del bar una serie de váteres estilo cabinas están disponibles al precio de dos rupias
El paso está muy concurrido, hemos tardado unas cuatro horas en llegar hasta aquí. El firme de la carretera está en un estado penoso, sobre todo los kilómetros más cercanos al paso y después del paso. Es una pelea perdida para los numerosos peones camineros que no paran de trabajar en condiciones lamentables en cualquier carretera de Ladakh. A veces tengo la impresión de que se encuentran bajo trabajos forzados o en condiciones de esclavitud. Según nos han comentado son indios procedentes del sur, en muchos casos son familias enteras y se ven niños pululando entre las nubes de polvo o mujeres sin fuerzas de miradas profundas. Habitan en una especie de tiendas de campaña al lado de los caminos, oscuras por el alquitrán y maltratados por el viento, son más bien un amasijo de trapos y sin embargo aún les quedan fuerzas para saludar a nuestro paso: ¡JULE!
Permanecemos en el puerto alrededor de una hora. Demasiado tiempo en vistas de nuestro escasa aclimatación a la altura, así que hay que ir pensando en bajar antes que los ligeros malestares se conviertan en dolores de cabeza y luego vete tú a saber. Mientras estamos en el puerto vemos llegar algunos ciclistas avezados con un par bien puesto para semejante azaña. Nosotros volvemos a nuestrostros cuatro por cuatro y camino a Nubra, descubrimos los valles y los glaciares que asoman en algún pico de los circundantes. A lo lejos vemos descender una fina línea: la carretera que nos queda. En el valle profundo que se abre ante nuestras narices vemos algunos rebaños de yaks. Para enntonces Pilar comienza a cantar un tango y Eli y yo le hacemos el acompañamiento.

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